Autobiografía

Autobiografía como lector


¿Qué sería de mí sin la lectura?


Considero que es  una suerte que nos guste algo que se pueda  hacer en cualquier lugar  y a cualquier hora. En efecto, se puede leer en la cama, en el ómnibus, en la sala de espera de un consultorio, en el campo, en la calle y hasta en el baño.
Hace algún  tiempo visité  un pueblito chileno  muy agradable  y en el cuarto de baño de la cabañita había un cartel que decía “lugar de lectura”. Me llamó mucho la atención la ubicación de una especie de mini biblioteca en esa parte de la casa pero entendí que muchas veces es un lugar en el que también uno necesita de la literatura.
Afortunadamente, más allá del placer de la lectura y los libros siempre me han gustado los libros como objetos. Su textura, su olor, su forma. Me gusta pasar página a página y colocar luego una señal. Me gusta tener una hoja para anotar aquello que me llama la atención y que luego es tan difícil localizar si no se lo deja marcadito. Y señalo en esa hoja tres cosas: la página, el lugar aproximado con una flechita (arriba, en medio, debajo de la página) y el principio de la frase.
Me gustan los  títulos de los libros, algunos más que otros,  la dedicatoria, los textos de tapa y contratapa, el índice, el prólogo, las ilustraciones, el tipo de letra, los epígrafes…
Entre mis recuerdos y anécdotas sobre este camino literario
A través de la literatura podemos observar el alma, sin tapujos ni impedimentos
Cada ser humano tiene una concepción diferente de lo que considera lo que es ese camino de encuentro con lo literario, es decir, para el amante los serán las palabras de su  amado, ellas fundaran  su alimento,  para el filósofo, las respuestas que otorga la naturaleza a través de sus leyes inmutables,  para el héroe será ese alimento de dificultades y de un destino trágico, para el poeta lo será ese  misterio de la vida, de su mágica excelencia, como el brillo de la luna en el ondular de las aguas, para el místico, encontrará esa respuesta en el amor a Dios . Pero para el  hombre común, esa concepción literaria la encontrará en todo su ser , allí donde duerme el poeta, el héroe, el amante y el amado... Quizás el ser humano como tal se alimente de todo hallazgo, de toda conquista o respuesta de otro, y quizás esto sea lo que sustenta ese placer por la literatura.
Considero que desde muy temprana edad mi relación con los libros ocupó un lugar significativo en mi vida, fue mi fuente y mi alimento, ese vehículo de expresión de lo ideal, pero que siempre será una fuente de pensamientos.
A través de la literatura pude remontarme y contemplar la existencia desde donde aún no había  llegado, contemplar paisajes que me conmovieron  por su belleza, ver colores más vivos, pasiones más ardientes, percibir por momentos responsabilidades que sola no podría haber imaginado, detenerme en detalles, elevar mi atención y contemplar, en definitiva, la vida como un espectador, a través de los ojos ardientes de quienes nos precedieron.
Y si de recuerdos hablamos, se me vienen a la memoria, aquellos primeros libritos que llegaban a mis manos, esos pequeños tesoros que anhelaba cada semana, Así comencé a equiparme una pequeña biblioteca, con colecciones, enciclopedias , manuales y todo lo que fuera fuente de saber y conocimiento y que pudiera constituir una ayuda para estudiar , ya que por aquellos días no había internet , ni aparatos electrónicos , era un momento en el que tener un libro para estudio o deleite constituía una riqueza que marcaría una época y un momento especial en mi vida.
Y así llegaban a mis manos  la “Minibiblioteca Trapito De Anteojito”, las Revistas Billiken,  Anteojito ,  las colecciones de la Enciclopedia Salvat Del Estudiante con sus 24 Tomos que llegaron  para iluminar mis días los sueños y esperanzas de cada nueva lectura.
La literatura comenzó a llenar mis días y así llegó de mano de mi abuela, la colección de “El Libro de Oro de los niños”, una atractiva antología en pequeño formato que reúne algunos de los más conocidos cuentos de la tradición oral, especialmente seleccionados para los más pequeños. Contiene historias que han pasado de generación en generación, muy atrapantes y que invitan a releerlas una y otra vez. 
En mi paso por la escuela primaria, gracias a una  Maestra muy dedicada y preocupada por las lecturas de sus alumnos,leí muchos cuentos y poesías que habían sido preparadas en una especie de antología literaria, dicha antología contenía relatos de aventuras, amor, relatos históricos y un par de poesías que al leerlas en clases nos hacía imaginar y trasladarnos a mundos encantados de princesas, castillos,héroes y personajes fantásticos que cultivaban nuestra imaginación.
Y… así, llegaron a mis manos muchas obras que se instalaron en mi corazón , vinieron  para quedarse y formar parte de mis tesoros , como “Barcos de Papel” de Álvaro Yunque , “El Principito” de Antoine de Saint-Exupéry un libro que siempre me acompaña y que en cada relectura descubro nuevos  mensajes …
Del mismo modo es  imposible no mencionar en mi vida la lectura de la Biblia, texto que recurro en variados momentos , ella fue el obsequio de mi catequista en vísperas de la Primera Comunión , esa lectura se instaló en mi cotidianidad y considero que es un texto que llega para poder meditar y encender la caridad que hay en mi corazón.
Luego ,  llegaron infinitas lecturas como “La Odisea” de Homero , “El Quijote”de Miguel de Cervantes Saavedra., “Martín Fierro”de José Hernández , “Facundo” de Domingo Faustino Sarmiento , “Cien años de Soledad” Gabriel García Márquez entre otros clásicos,  que  al leerlos nuevamente  en la juventud,  sentí y comprendí lo difícil que es mantener los ideales a lo largo de la vida , cuando los años y las dificultades, las desesperanzas y frustraciones  se apoderan de nuestra vida.
Siguiendo, se me viene a la memoria un libro con el cual lloré mucho y siempre que lo menciono escucho cada palabra, cada sensación…,”Mi planta de naranja lima” y “Calentando el Sol” de José Mauro de Vasconcelos. También recuerdo con un sentimiento especial a “Platero y yo”de Juan Ramón Jiménez. Y las tantas enseñanzas que me dejó “El Caballero de la armadura Oxidada “y “El regreso del Caballero” de Robert Fisher , que más que libro es ... es una experiencia que expande nuestra mente, que nos llega al corazón y alimenta nuestra alma. Sus profundas enseñanzas éticas son de una sencillez y humildad tal que se consiguen interiorizar naturalmente y la riqueza de su prosa nos inunda de belleza.

Este libro, como cada una de las lecturas,  me  enseñó con un sutil sentido del humor, que debemos liberarnos de las barreras que nos impiden conocernos y amarnos a nosotros mismos para poder ser capaces de dar y recibir amor en abundancia.
Es importante destacar que en  mi paso por la Facultad, pude encontrar en cada cátedra de Literatura muchos libros que me acompañaron y  marcaron una época trascendental en mi vida. Innumerables obras y autores que recuerdo con mucho placer.
Es importante, destacar que cada libro marca una etapa en mi vida, y con cada nueva lectura crecen  mis ansias por seguir leyendo más y más…Y así llegan nuevos títulos, y aquella primera biblioteca se fue transformando en un bagaje importantísimo, es decir, en mi herencia para mis hijos.
Atesoro las lecturas de los textos de  Jorge Luis Borges, Isabel Allende, Laura Esquivel, Ángeles Mastretta, Liliana Bococ como también textos de autoayuda como Jorge Bucay o Paulo Coelho, Juan René Trossero, como así también los libros de Facundo Manes o el DrEl Dr. Daniel López Rosetti que me acompañan en mis momentos de ocio y descanso.
Entiendo que  cada libro que llega a mi vida viene a transmitir un mensaje,y llega en un momento especial.
En este camino como lector,  seguramente he dejado de mencionar a  textos y escritores que me emocionaron y deleitaron en el trascurso de mi historia pero no por ello dejan de ser menos  importantes.
Concluyendo, siempre les digo a quienes me rodean que el hábito de leer solo se contagia leyendo y el gusto por leer solo se transmite con el corazón.



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